
El sol se quedó dormido,
enmarañado el cabello,
labios distendidos rosa,
largas pestañas de paz,
tibio durazno del huerto.
Soñando se apega a mí
mientras me dice:
- oye papá….
- es que… quiero….
Quiere que yo lo abrace,
y sigue, tibio cometa
cosechando por sus cielos.
Acaricio su cabeza,
largas pestañas en paz:
el sol sonríe durmiendo.
Y un padre contempla el día
sin poder aún convencerse,
que es Dios por un breve instante,
pleno en su gloria, y es cierto.
Autor: Jano Antrix
Copyright © 2006
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